22.9.09

Un sapo en la puerta

Es increible... de pronto parada en la puerta, atónita, nosé si era el fresco de la madrugada... pero me costó mucho trabajo animarme a entrar a mi casa. En la puerta, como esperando... estaba una rana, muy grande, tan grande que no sabía que hacer... primero entre la sorpresa y lo extrañada, luego el temor a que se acercara, saltara y se metiera, luego como entrar sin que notara mi presencia.... depués de unos segundos, no tuve más que sigilosamente meterme despacio muy despacio, abrí cada uno de los tres cerrojos, luego en silencio entré y di un azotón que seguró despertó a mis vecinos,
Boté las bolsas que traía conmigo... en cama me reía sin parar, recordaba como los cuentos de princesas, era una rana o sapo que después de besarlo se convertía en principe, jijiji que risa, el chiste es que nunca he creido en principes ah y ni las ranas, ni tampoco los sapos me agradan, de hecho me dan como que repulsión...
Después de narrar la odisea a mi famiia y amigos, muchos se reian igual que yo, otros se preocuparon... carambas, quien me manda tener amigos místicos...

2.9.09

¿Y cómo decir que no?

1. Visualizo esos 9.5 a la luz de ella, también ese aroma y esas incontenibles e irracionables cosas que hacen que suceda... hoy del otro lado del charco.
2. Esos buenos días Señor Sol, de manera intempestiva y alevosos, hoy en la sultana.
3. Esos cuidados, atenciones y detalles mostrados, a pesar de ser "p".
4. Esa intelectualidad, arrojo, atención, complicidad, consideración, solidaridad y hasta... afabilidad, en el lado prohibido.