30.3.10

Sacudiendo mi email... salió

Dios Quiera

El verano de 2003 no parecía dar señas de impetuosos vientos ni mucho menos de tormentas recias, en realidad su fin era próximo y parecía terminar sin pena ni gloria. Daba igual, la vida tenia un cauce y una interesante rutina inusual tras un desafortunado letargo durante 5 o 6 años.
La fatal perspectiva no parecía ayudar al resurgimiento, el sopor de un muy desgastado transcurso de década me sabia a desfase de itinerarios, cual pareja de divorciados intentado acordar la potestad de los hijos, pero existía en este desvanecido animo un par de escaparates en los cuales podría guarecerme sin necesidad de sojuzgar mis acciones a la par del mundo. Las juergas con los viejos amigos de la facultad se encontraban en la cúspide de mi desgastada juventud con alma de viejo. Jacobo, el eje de tal club de Toby, se encontraba en un tortuoso descanso de pareja; Malena, su novia eterna, se encontraba realizando estudios de especialización en Barcelona y no arribaba a tierra mexicana hasta mediados del año siguiente, y siempre era una buena idea poder revivir aquellos años juntos, parranda tras parranda.
Jacobo nunca fue un tipo de buen genio, por lo contrario se consideraba a si mismo como un sujeto por demás quisquilloso y mezquino, ocultando en si una personalidad de filántropo de las causas mas diversas para con sus huestes. En tal coyuntura de soledad y actitud pasiva-agresiva, resultado del eventual abandono de Malena, se advirtió prácticamente obligado a reiniciar sesiones del club tras una intermitente pausa en función de las actividades de los miembros.
Las reuniones transcurrían en un ambiente de tenue melancolía colectiva, pues dicha separación era la imagen de nostalgia del símbolo de pareja de todo el grupo, y muy a pesar de las definitivas ventajas que conllevaba, no disimulábamos ni un ápice de compasión por nuestro amigo, el soporte técnico había llegado. La situación en si no parecía cotidiana, ni mucho menos una regresión a las antiguas reuniones en las cuales la única finalidad era reírnos sin importar los problemas o necesidades del grupo, en lo general y en lo individual. Pasábamos un buen rato y punto.
Quizá para los otros 2 miembros del grupo la vida transcurría en un leve vuelo de tranquilidad y una insoportable cotidianeidad, seguían siendo los mismos desde aquellos años. Mariano y Gabriel parecían obtener todo lo necesario, sin grandes expectativas y con los ánimos suficientes como para llevar de manera tácita, su tiempo dentro de toda la animadversión que la vida disponía a la vida en sí.
Seguramente esa melancolía me contamino lo suficiente como para decidir no charlar acerca del secreto que habría venido guardando durante una par de meses, la revelación de mi breve existencia y en si misma, un yugo de contradicciones y dudas al respecto, mi segundo escaparate. En ese momento no parecía impórtale ni al grupo, ni a mi.
Ya eran 3 meses de aquel encuentro casi inadvertido, en realidad no aseguraría tal visión, probablemente solo fue una alucinación placentera, o peor aun, una mala broma del destino. Coral se encontraba a un abismo de distancia de mi infatuación de hombre seguro, de mis expectativas e incluso de mis cifras, pero me resultaba particularmente cautivadora.
Coral Drexler era la nueva directora del taller de creación, pero sobre todo ella era la mas grata alucinación en muchos días, en muchas noches. Mujer de cuerpo menudo y ojos pequeños, de esas con las cuales sientes el impulso de abordar de inmediato; boca pequeña como de niña adolescente y un derriere como para pedir su mano al instante; cabello alborotado de manera despreocupada, voz tenue y pausada, pero lo mas intrigante es su mirada de tristeza envuelta en un seño de contradicción que manaba un autoritarismo enigmático. Un ángel irritado, dirían los puristas.
Ciertamente las diferencias entre los míos y ella eran definitivamente marcadas de entrada, así que me tomo unas cuantas semanas poder descifrar todo ese aire de enigma tras sus frases, tan pulcras como mausoleo sin estrenar, y sus conductas de cortesana, tan metódicas que no dejaba un solo instante de intimidar al pleno.
Yo, que a pesar de la reestructuración de métodos, nunca sistematicé un plan adecuado para captar su atención; sentía la inexorable necesidad de saber mas, de saber todo. Que, como, cuando, donde , por que, quien. Ella.
Las casualidades fueron revelándome su rubor, su risa y su vida en si, a cada momento que ella hilvanaba frase, el enigma se convertía en imposible de revelar, su inexplicable combinación de belleza y profusa inteligencia, me hacían dudar si la belleza de su cerebro era aun mayor que la belleza de su facha, profundamente irreal pero cierto.
La suerte, siempre amiga, me mostró la pequeña rendija que vislumbraba la oportunidad de adentrarme en tal descubrimiento, y un medio lo suficientemente impersonal como para no mostrar mi timidez a borbotones me permitió iniciar la ruptura de lo que parecía un escudo elaborado ex profeso entre mi seguridad y su mente.
-hola- argüí envalentonado por la distancia-
-que tal, cómo estás?- respondió sin mucho interés.
Ese fue el soso inicio de uno de los principio mas esperados por mis ojos y mis oídos en toda la vida.
Al pasar las semanas y los meses iniciamos una serie de consultas de psicoanálisis deliberadas por mi necesidad de saber, a ciencia cierta no comprendo como o por que se prestaba a sendas sesiones de espiritismo espurio, invocando fantasmas y relatando historias que deprimirían al mas feliz. Ambos nos encontrábamos en el estupor de la coincidencia, de hecho existió un momento en el que me abatió suponer que ella era mi alter ego mas cercano, que me estaba enganchando de mi versión femenina. Gustos, casos, cosas, personas, personajes, todo embonaba casi a la perfección, teóricamente perfecto.
La esperanza mermo en un intento de auto salvación de mi mismo, pero el destino, siempre mas impetuoso y decidió que yo, me guardaba un movimiento anhelado, pero hasta ese momento, inesperado.
En esos meses una jugada magistral de la suerte mencionaba, de manera recurrente una canción en el momento justo en que aparecía ella en mi cabeza para aturdir con un silencio que nuca llego en persona. “te he venido suponiendo en todos los días que me faltan / tal cual sí, pudiera verlos como son / solo quiero resumirte que al principio te pensaba / y que hoy contemplo en ti, la costa donde voy [...] y por fin comienzo a ver / que estoy dejando de callar que te amo.” Era un gran golpe de hiel que me paralizaba antes de poder hilvanar cualquier idea: ¿de plano? ¿ella? ¿nosotros?, que va! Lo mejor que me podría pasar se centraba en una duradera, leve y tenue amistad, no mas.
La tristeza de sus ojos se incremento y así se quedo tras la muerte de su abuelo, figura del hombre bonachón y consentidor en su familia, tal como el mío. Entendía un poco mas las necesidades de tal mirada. No me atreví a acudir a su velorio por temor a verme reflejado en ella, a perder al mío. Una vez mas cobarde, cobarde y estúpido.
La idea de un festejo precisaba después de la operación de su padre, el festejo era el perfecto antídoto contra esos ojos tristes. No existía mejor sedante que una buena charla, el bosque y tal vez, el whisky.
Dios, amor, desamor, encuentro, desencuentro, el, ella, yo, un verde opulento y un muy poco mediocre café fueron la ante sala a las mas impresionante catarsis del tiempo. La combinación explosiva de la muerte de Villaurrutia y el meloso amor de Novo, al calor de una borrachera dieron paso a la frase que en mi vida podré olvidar ni con todas las amnesias del mundo.
-yo no soy dulce-. La llave que abrió todo.
Ya han pasado mas de 5 meses de todo. Malena regreso de Barcelona con un malinchismo exacerbado sin mencionar al gachupín novio que encontró, Jacobo quiso morir.
Mariano se fue a vivir a La Habana, enrolado en un programa de alfabetización que la revolución implemento hacia unas décadas atrás; impulsado por sus ánimos de reconstrucción social se perdió en la Sierra Maestra y solo sé de el a través de un par de postales que me comunican su bienestar y promiscuidad en la que se encuentra.
Gabriel emigro a la capital, aprobó el examen por el cual lucho tantos meses, es lo único que sé.
Coral no se ha separado de mi ni un instante, todas las mañanas despierta en mi cabeza y en mi corazón dando los buenos días.
Yo? He anochecido desde hoy con un terrible cuestionamiento: es la persona que mas he amado en la vida, soy la persona que mas la ha amado en la historia. Es 100% reciproco? Dios quiera.

Aun con faltas de ortografía y unos muchos detalles, antes de mandar el archivo a la papelera... se sintetiza un lustro de vida y se me dio la gana plasmarlo aquí.

Las palabras y el tiempo

Una de las cosas que más disfruto en la vida es la plática, la conversación, la discusión, el intercambio de ideas, proyectos, chismes, perspectivas, etc. las horas se consumen y se evaporan, me jacto de tener casi siempre un buen interlocutor(a), es genial contar con un buen oído, pero sobre todo un buen cerebro del otro lado.

La diversidad siempre ha sido mi política, entre más diversas son las temáticas, concretamente me refiero a la tipología de los sujetos, más enriquecedor es.

El eclecticismo que me caracteriza, no sólo en el gusto por la música, por los trapos, por los libros, la poesía, por el cine, por el clima y sobre todo la belleza y la gente, es sin duda otra característica que más destaco de una charla.

Ayer sentada frente a un prototipo de corazón noble y madera en extinción, pensaba en que las horas transcurren y las palabras no se agotan, se cansan los cuerpos, se va la energía pero no el tema y las ansias de compartir.. gracias.

12.3.10

En camino

Es inevitable, mil cosas en la cabeza rondan y rondan, tantas que las horas consumen el día, los días, pero es inevitable en el camino dejar de pensar, dejar de recordar aquel reto enviado para aquel trayecto proyectado en el auricular, suspirado, visualizado y deseado a tu llegada...

7.3.10

Marzo

Definitivamente no podía haber comenzado mejor el mes, es verdaderamente espectacular el aire o viento a favor, por fin¡¡¡
Por otro lado, es raro escuchar piropos a mis cuadros... es extraño, caray mi casa es mi galería.
Finalmente, yo declaro oficialmente que la primavera... ya llegó.