Cada uno de los calificativos que se otorgan a "alguién" que vive, que se vuelca y que reconoce sus emociones, resultan un tanto cortos -me parece-...
Pareciera que en el ejercicio de reconocerse como alquien sensible y valiente para mostarse, es connotado como alguien débil -con lo cual no estoy de acuerdo-.
No porque me afecte asumirme como débil o fuerte, esos sólo son nombres. A mi me gusta jugar con los nombres.
Quién es más fuerte o más débil?
El que se reprime?... tarde o temprano explota,
El que lo saca y lo dosifica? ...
El que explota y se vuelca con la emoción? ...
Creo que cada quien puede argumentar una respuesta, la cual es válida y respetable, pero yo creo que ya sea de pollo, guajolote, canario, colibrí, sea corazón, cerebro, hipófisis, etc., las emociones son parte del individuo.
Podemos jugar a no sentir, a sentir a discreción ó a sentir por pedido, pero finalmente ahí están, a la vista, guardadas, olvidadas o desgastadas, ahí están.
Finalmente todo ésto obedece a que en éstos días me han sumado tal nombre y calificativo... "sos corazón de pollo" (sic).
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