2.3.09

TATTOO

Tiene muchos años que lo soñé,
al principio pensaba que era una loca influencia,
que era una etapa,
que la cordura y los rezos de mi madre me harían desistir....

Las dudas eran muchas, primero ¿qué me tatuaría?, después ¿dónde? y ¿de qué tamaño?...

Sábado 28 de febrero lo hice, por fin lo hice,
fue algo extremo, algo espectacular,
tal como lo que quiero de mi vida... intensa.

Gonzalo me tenía medio mareada por el discurso del gnosis, pero después del ritual, comenzó a rayarme... el delineado fue lo más duro, yo no quise ver, con mis brazos sobre la cara, apretando y griando por dentro, lloré, berree... sus ojos tenían un poco de culpa, él me hablaba de un tiempo atrás donde prevalecía lo platónico, la admiración... pero yo no quise escucharlo, de hecho lo callé, pero después de un rato el tampoco podía hablar, se preocupó, de hecho me inisistió en parar y hacerlo en otra sesión, yo dije NO¡, termina de una vez, porque de lo contrario no volveré...

Fue el lapso, mas grande de mi vida, pensaba... que dolor tan grande, de hecho si había en mi historia alguna asociación con un suceso así de doloroso... y sí, lo encontré, fue entonces cuando me pregunté... porque permito tanto dolor, porqué sufrir de esa manera.... me prometí, allí en el sillón, con Gonzalo en mutis al ver mi expresión, al limpiar la sangre una y otra vez... nunca más, no más dolor, nunca volvería a sufrir de esa manera, nunca volería a permitir que mi ser experimentara tanto y tanto dolor.

Salí del estudio, mareada, con el miedo y el dolor a flor de piel... apenas pude conducirme al auto, no quería ponerme el cinturón, no quería hacer nada... llegué por fin, lo primero que hice fue retirarme el plástico protector y solicitar por teléfono la pomada que tendría que ponerme... hoy, en mi último día de observación, puedo tocarme, sin tener tanto dolor, poco a poco se ha ido desinflamando... valió la pena, quedó tal como lo soñé...

Desde entonces, desde el sábado no soy la misma, me siento otra, lo traigo a flor de piel, sólo él sabe lo que para mí representa, pasaron tantos años para que por fin estuvieramos en uno solo, el en mí y yo en él. Que debía escribirle, por eso éstas líneas y la narrativa, aun no tiene nombre, pero pronto lo tendrá, tal y como todo aquello que me es importante.

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