2. El dolor

Para Arianne:

"Tanto dolor debe tener una explicación,

debe servir para algo..."

Pudiera decirse que el dolor es la respuesta que manda la conciencia al cuerpo, ante algún estímulo que hace romper con la armonía y la estabilidad, ya sea física, cognitiva, emocional y/o espiritual.

Hace algún par de años leía sobre el dolor y su relación con lo físico y con lo emocional, en tal lectura con línea psicoanalítica, se marcaba la relación existente en la pérdida y el duelo, con un golpe, una mutilación o un malestar del cuerpo, entonces comprendí que nuestras emociones pueden llevarnos de un estado de éxtasis a otro de extremo dolor, sin caer con ello a un estado lunático o psicótico.

Digamos que los seres humanos a lo largo de nuestra existencia transitamos en un camino en el que se flanquean ambos extremos. Son esos extremos quienes van forjando nuestro ser, quienes nos anuncian que estamos vivos, que podemos sólo a partir de un gran dolor disfrutar una gran alegría, porque quien puede decirse feliz sin haber experimentado la infelicidad?

Definitivamente nuestra estadía en el mundo es corta, apesar de la evolución humana que va parmitiendo que los hombres y mujeres vivamos más. La estancia la construimos nosotros, con base a nuestras elecciones, hay que procurar entonces rodearnos de un buen ambiente para estar, hay que luchar y afrontar los fantasmas y los miedos, de lo contrario siempre ellos nos encontrarán y encararán.

Parecería que el dolor, es una oportunidad para ejercer la fortaleza, es decir quien se puede decir fuerte sin haber vivido dolor? Caso contrario, la ausencia de dolor implica una disfunción en nuestro sistema sensorial y de igual manera un bloqueo emocional, sin que ello implique que no esté presente.

¡Ven, dolor! ¡Golpéame, dolor!

Tu ala de cuervobate sobre mi frente y la azucenade mi alma estremece,

que más buename sentiré bajo tu golpe acerbo.

Derrámate en mi ser, ponte en mi verbo,dilúyete en el cauce de mi venay arrástrame impasible a la condenade atarme a tu cadalso como un siervo.

No tengas compasión. ¡Clava tu dardo!De la sangre que brote yo haré un bardoque cantará a tu dardo una elegía.

Mi alma será el cantor y tu aletazoserá el germen caído en el regazode la tierra en que brota mi poesía.

(Storni, Alfonsina, Ven, dolor)