El discurso, dicen, expresa y evidencía la personalidad de alguien, no estoy en contra de ello, pero yo incluiría también el hacer. Se dice de una manera tan sencilla, tan llana, pero es tan complicado, ser coherente...
En días pasados transitaba por el Centro Histórico de la Ciudad y por cuestiones de tránsito terminé en Abasalo 302, fue mágico, por coincidencia estar por ese rumbo, a esa hora, mirar (cosa rara por la zona y el tiempo) las fachadas, el vacío, el silencio ahogado... me llevó a viajar una época de mi vida.
Cómo poder olvidar ese rumbo, esa casa, todo aquello que pasó en ella, digamos que llegó a formar parte de mi, aveces en un intento por el desdoblo, por el trabajo de instrospección, me doy cuenta que la evolución, la transformación y el cambio, es en gran parte, por aquella época.
Hoy, en la plática en la sección de fumadores, se tocó el tema, la época, la persona. Pensar en ello aun me da nostalgia, por ver lo que soy, en lo que él hubiera dado en aquél tiempo tener a ésta. Los tiempos a destiempos, la inexperiencia, las ansias... nos ganó. Hoy cada quien por su rumbo, con su vida.
Nunca olvidaré, que con él aprendí a cerrar los ojos y dar el brinco, sin mirar a donde caer, a buscar y encontrar un canal donde poner lo que ahoga, lo que hace vibrar, a no quedarme con ganas de nada, a ejercer de manera perene la vocación y abocarme por vivir y no solo sobrevivir.
Para aquellos que se quedaron en esa casa, un beso hasta la pared de enfrente.
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