Por la mañana, hice una escala técnica y necesaria, aquel tipo de escalas que normalmente todos queremos obviar, hacer a un lado... pero no pude... tenía que hacerla.
Haciendo notar la recomendación que me habían hecho del lugar, con una sonrisa y toda amabilidad, le explicaba a la señorita que me atendía las razones de mi visita, ella muy gentil atendió mis palabras y sin más ni más... así de rápido... con aquella incomodidad y sensación indescriptible... sucedió.
Salí temblando de allí. Tomé a Samantha y me enfile a la oficina, en el trayecto pensaba y le decía a ella, lo complicado o dificil que puede ser para algunas ese tipo de visitas, en este caso... fue... simplemente fue, lo pensé mucho, pero en un íngue su, estaba ya recostada.
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