22.7.09

Un té (mezcla especial de la casa), un montón de abrazos y sonrisas, fueron mi bienvenida. Aun conservo el sabor del letargo y me encuentro un poco aturdida por el eclipse de sol.

Mirar los ojitos del "korki" hoy me sorprendió, fue chido mirar como con el paso de los días poco a poco se fueron encendiendo, me da mucho gusto mirarle y saber de sus labios que se encuentra mejor y tiene un poco de claridad para poder resolver sus asuntos. Nunca lo había visto, nunca había platicado con él, de hecho en estos días sólo un par de palabras pude sacar a la fuerza en la jugada de domino de ayer, hoy fue lo primero que ví, su sonrisa y me hizo el día. Espero ahora poder pronto probar el helado de panditas que me prometió.

Regresando al asunto del té, placebo dirigido al cerebro y un apapacho para los sentidos, en mi historia, ha sido una constante, siempre una taza de tal, me provoca... siempre algo mejor, recuerdo por ejemplo... las tazas interminables de una o dos onzas de una hierba asquerosimisisima que me obligaban a tomar, el que me calmaba los nervios, el cólico, el que anima y conforta , el que suple mil veces mejor al agua simple, ja, el que me preparan, el que me preparo, el que compro, el que me regalan... es pues una bebida que.. hoy además de esa sonrisa sorpresiva me hicieron el día.

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