26.5.09

NO MÁS SALUDOS AL SEÑOR SOL

Después del temblor siempre siempre viene la calma.
Tenía mucho pero mucho tiempo que no experimentaba un sentimiento entre cortado y mezclado de otros, fue algo así como... frustración, coraje, decepción, ironía, alivio, tristeza, ofensa, preocupación, cariño... en fin, que después de aquello, de terminar temblando... no pude parar, la agenda estaba ocupada... tal como lo preví el domingo, no más.
Me considero afortunada y provilegiada por disfrutar lo que hago, por ser feliz cada que miro esos rostros y les escucho sus argumentos. Mi discurso hace eco. En verdad que creo que cada que salgo de ese lugar me siento dichosa, completa, confortada, realizada. Reconozco que me falta un che documento y dinero para poder hacer el Doctorado y entonces poder completar el rubro, principalmente el económico, ja, pero que diablos cuantos ganan montones y no disfrutan y gozan su hacer.
Hoy no me quejo, al contrario, gracias por esos coqueteos, por los chocolates, los piropos, las miradas y los comentarios, por esa admiración, ese eco a mis palabras e ideas, por el respeto y el tiempo que dedican a la preparación de las tareas que encomiendo, por no faltar a mi clase, por estar puntuales y decir que les agrada y esperan que llegue al salón.
En el balance de la jornada, además de por fin tener la primera versión formal del documento que me ha implicado más de dos semanas, al cual meterán mano los funcionarios de primer nivel del lugar donde laboro, sentada aquí en espera de ver a mi mejor amigo, en la víspera de la concreción de un gran sueño, sonrio y no lo niego, con el corazón en congoja por errar, por apostarle a perder, por no encontrar congruencia en los hechos, porque... ya no más buenos días dia, buen día señor sol. Pero a cambio tengo hoy la oportunidad de terminar todos los días de la semana (sin necesidad de hacer una llamada) con el corazón llenito, contento, en familia (la del corazón)

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