En una barra me encontraba, escribía una nota... cuando el timbre de teléfono irrumpió, contesté y comencé a justificarme, sin percatarme de la voz quebrada y el llanto... después de algún par de segundos escuché nuevamente su voz, y me dijo... Sentí un vacío en el estómago, sentí que la sangre se congelaba, no tenía palabras, no tenía argumentos, lo único que pude decir fue... voy para allá...
Lo vi, me vi, la lengua se congeló, es que, que puede decirse, no podía decir nada.... solo demostrarle cuanto lo quiero, que siempre estaré con él, como siempre, como antes, como ahora..., que es una cosa más que nos hace empatar, que sino sabré yo de ello.
Sentada ahí, sin palabras, entumida, con las rodillas doloridas y con el pecho hinchado... llegó nuevamente, lo abracé, le besé la frente, no estás solo, estoy contigo, aquí contigo.
Nuevamente, ahí, en un momento tan triste me encontraba, pasaron las horas...
Hoy viene la parte dificil de la transformación, pareciera que es una película conocida, que se que sigue, que pasa episodio tras episodio, que se siente, que se piensa....
Se ahora que hacer, espero tener la capacidad para poder cumplir con la encomienda que ella siempre me pidió, una e innumerables ocasiones.
Te quiero, te quiero mucho, mucho mucho... bastante. No hay ninguna frase de conzuelo, ningún argumento para poder contestar tu incógnita... lo único que puedo decirte es que con el tiempo se aprende a vivir con ello y que todo hasta la vida tiene fecha de caducidad.
Un beso y todo todito mi amor.
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