24.4.09

Jueves del Baile al Ministerio

Después de algunos días de perderse la vista, por fin coincidieron en un café.
Cada quien traía su historia y sus motivos para estar frente a frente.
La conversación comenzó por enunciar lo más importante para cada quien, cuando de pronto, sin más... sonó el teléfono y era él...
- Ví tu nave, ¿estás ocupada?, ¿puedo pasar a verte?... tengo que hablarte.
Llegó y se unió a la conversación. Ténía muchos días que no se encontraban y platicaban, parecía que por fin la familia estaba reunida.
Depués de conversar de todo y nada, de pasar a juicio y luego al conzuelo, de lo importante a lo trivial, decidieron irse a tomar una cerveza.
Se fueron juntos al bar, tomaron y bailaron y bailaron.
Después de jugar, de reir hasta cansar, de volver a jugar, de cantar y cantar, de hablar y hablar, de subirse al sillón a brincar, decidieron irse ya entrada la madrugada.
La luz estaba prendida, era obvio que alguien lo había abierto... se los llevaron.

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